La Organización Panamericana de la Salud define el virus del zika como “una enfermedad viral transmitida por mosquitos causada por el virus Zika (ZIKV), y que consiste en fiebre leve, sarpullido (principalmente maculo-papular), dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, dolor muscular, malestar general y conjuntivitis no purulenta que ocurre entre dos a siete días después de la picadura del mosquito vector”.
En su portal la organización explica que una de cada cuatro personas puede desarrollar síntomas, pero en quienes sí son afectados la enfermedad es usualmente leve, con síntomas que pueden durar entre dos y siete días, con una apariencia clínica, muchas veces, similar a la del dengue.
El zika se transmite a las personas por la picadura de mosquitos del género Aedes infectados. Se trata del mismo mosquito que transmite el dengue y la chikungunya.
Según la OPS, actualmente se realizan estudios para determinar la posible transmisión del virus de la madre al bebé y sus posibles efectos sobre este, por lo que la información respecto a la transmisión de la madre al bebé durante el embarazo o al momento del parto, es muy limitada.
Precisa que hasta el momento “no hay una vacuna o medicamento específico contra este virus”. El tratamiento consiste en aliviar el dolor y la fiebre o cualquier otro síntoma que cause molestias al paciente. Para evitar la deshidratación producto de la fiebre, se recomienda controlarla, guardar reposo y tomar abundante agua.
Apunta que aunque el virus fue aislado por primera vez en 1947 en el bosque de Zika en Uganda, África, se trata de un virus nuevo para el continente americano, que hasta el momento había tenido una distribución geográfica y demográfica muy limitada, sin evidencia de letalidad.
Sin embargo, se han notificado casos esporádicos de pacientes con enfermedades o condiciones preexistentes, en los que las manifestaciones y complicaciones podrían ser más graves, ocasionando el fallecimiento.
Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS)